¡Hola! ¿Estáis preparados para comenzar? ¡Allá vamos!
Uno de los primeros problemas que se plantean en un laboratorio clínico es la comprobación de la validez de la prueba diagnóstica que se está utilizando para una determinada enfermedad y en una determinada población; es decir, ¿cómo sabemos que la prueba diagnóstica es realmente buena o mala?
Para ello, vamos a empezar definiendo unos conceptos que se van a utilizar mucho tanto en esta entrada como en entradas posteriores y que seguramente muchos de vosotros hayáis escuchado por ahí en estos últimos tiempos. Comenzaremos con determinar los 4 resultados posibles en una prueba diagnóstica:
- Verdaderos positivos (VP): la enfermedad está presente y ha sido detectada por la prueba diagnóstica.
- Falsos positivos (FP): la enfermedad está ausente pero ha sido detectada.
- Verdaderos negativos (VN): la enfermedad está ausente y no es detectada.
- Falsos negativos (FN): la enfermedad está presente pero no es detectada.
Con esto, se pueden definir los conceptos de sensibilidad (S) y especificidad (E), los dos parámetros fundamentales utilizados para medir la validez de las pruebas diagnósticas:
- Sensibilidad (S): parámetro que determina la capacidad de detectar la enfermedad. Se trata de la razón de VP entre el total de individuos que presentan la enfermedad. Es decir:
- Especificidad (E): parámetro que determina la capacidad de detectar la ausencia de la enfermedad; es decir, de detectar a los individuos sanos. Se trata de la razón de VN entre los individuos sanos totales.
- Prevalencia: porcentaje de la presencia de la enfermedad en una población.
- Valor predictivo positivo (VP+): probabilidad de que una prueba positiva corresponda a la presencia de la enfermedad. Se trata de la razón de los VP entre el total de positivos.
- Valor predictivo negativo (VP-): probabilidad de que una prueba negativa corresponda a la ausencia de la enfermedad. Se trata de la razón de los VN entre el total de negativos.
Habiendo visto estos resultados se podría concluir que se necesita una prueba más específica para evitar los FP; sin embargo, como se ha comentado anteriormente, el parámetro calculado es dependiente de la prevalencia; entonces, ¿qué ocurre si la población en estudio muestra una mayor prevalencia? Veamos el próximo caso.
- Razón de verosimilitud positiva (RV+): razón de VP frente a FP (S/1-E). Cuanto mayor sea su valor, mejor será la prueba diagnóstica.
- Razón de verosimilitud negativa (RV-): razón de FN frente a VN (1-S/E). Cuanto menor sea su valor, mejor será la prueba diagnóstica.
- Índice de Youden (YI): parámetro independiente de la prevalencia que relaciona mediante un cálculo sencillo la S y la E para comprobar la validez de las pruebas diagnósticas, siendo 1 la situación ideal. Se calcula mediante la siguiente fórmula:
Así, con todo lo observado, se considera que la prueba diagnóstica utilizada es de gran validez ya que hemos logrado calcular estadísticamente parámetros que lo corroboran. Sin embargo, hay que tener cuidado ya que se ha visto como aquellos parámetros dependientes de la prevalencia pueden inducir a error a la hora de sacar conclusiones acerca de la validez de las pruebas debido a que los datos se ven afectados por la muestra poblacional sobre la que se hace el estudio.
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