¡Hola!
Después de conocer algunas cosas sobre el riñón en la anterior entrada, hoy vamos a empezar a ver cuales son los análisis que se pueden realizar para detectar anomalías en la función renal. Más concretamente, vamos a empezar por los análisis de orina o uroanálisis.
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Para empezar...
Para empezar, ¿qué es la orina? La orina es un desecho orgánico que se produce en el aparato urinario a través del cual se secretan desechos hidrosolubles. Se compone principalmente de agua (90%), pero también de compuestos tanto orgánicos como inorgánicos. Así, cuando se analiza la orina y los parámetros entran dentro de la normalidad, esto nos indica el buen funcionamiento de los riñones, pero también de otros órganos como el hígado.
La recogida de las muestras de orina, además, se pueden hacer de tres formas diferentes en función de los estudios que se vayan a hacer sobre la muestra:
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Y, por tanto, se pueden realizar diferentes tipos de estudios sobre las muestras de orina:
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Estudio físico/macroscópico
¿Qué características se analizan en el estudio físico o macroscópico de la orina? Como hemos visto en la tabla algunas de las características que se analizan son el color, el volumen, el olor, el pH o la densidad. Vamos una por una.
El color de la orina puede tomar un amplio rango de gamas y estos colores anormales pueden ser indicativos de diferentes patologías:
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Por otra parte, se puede analizar la densidad de la orina, la cual se encuentra en valores de 1015-1025 g/l en condiciones normales (y teniendo en cuenta que la primera orina de la mañana será de mayor densidad). Aquí observamos dos casos: si la orina es menos densa se da una situación de orina hipodensa que puede deberse a una sobrehidratación, diabetes insípida o glomerulonefritis (anomalías en el glomérulo de las nefronas); mientras que si la orina es de mayor densidad esta será hiperdensa, lo que puede deberse a una deshidratación, diabetes mellitus, pérdida extrarrenal de líquidos (por fiebre, sudor, vómitos o diarrea) o insuficiencia renal o cardiaca.
Por último, podemos analizar el pH, el cual en condiciones normales es más bien ácido con un valor de entre 5-6. Así, de nuevo, nos encontramos ante dos casos opuestos: si el pH es menor se da una acidosis que puede deberse a anomalías metabólicas o respiratorias, la ingesta de ciertos fármacos, fiebre, diarreas o dietas hiperproteicas; mientras que si el pH aumenta se da una alcalosis que podría deberse a anomalías metabólicas o respiratorias, acidosis tubular de las nefronas renales, consumo de bicarbonato o dietas vegetarianas.
Examen microscópico
En el estudio microscópico de la orina se estudia la presencia de células, cilindros o cristales en la orina. Para ello, se toma la muestra, se centrifuga y se analiza el sedimento.
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Para comenzar, se analiza la presencia de células extrañas en la muestra que se ha tomado. Por ejemplo, la presencia de hematíes indica glomerulonefritis, traumatismos, infecciones o cálculos; los leucocitos indican infecciones u obstrucciones; las células epiteliales lesiones tubulares; las bacterias, infecciones; las levaduras, candidiasis; y los espermatozoides indican afecciones de la próstata. Por otra parte, se analizan los cilindros. Estos son conglomerados de proteínas o células que toman una forma tubular. Por último, se analiza la presencia de cristales formados por la precipitación de algún compuesto cristalino que pueden dar lugar a la formación de cálculos urinarios.
Análisis bioquímico
El estudio bioquímico de la orina comprende el análisis de los niveles de diferentes moléculas en la orina.
La glucosa se encuentra en la orina en una concentración menor de 180 mg/dl. Este azúcar se filtra en el glomérulo y se reabsorbe en el túbulo contorneado proximal (TCP) de las nefronas. Si los niveles de glucosa suben se da la hiperglucosuria. Esta alteración se puede deber bien a alteraciones tubulares que no permitan la correcta reabsorción de la glucosa (conocido como síndrome de Fanconi), o bien a una hiperglucemia debida a un aumento de la concentración de glucosa en sangre que satura el mecanismo de reabsorción de la nefrona. Los cuerpos cetónicos darán lugar a la cetonuria si sus valores aumentan de 0-0.6 mmol/l, debido a un aumento del metabolismo lipídico que conlleva a un aumento de la concentración de estas moléculas en sangre. De la misma manera, el aumento de los niveles bacterianos da lugar a la bacterinuria que puede ser indicativa de infecciones, el aumento de la concentración de hematíes causa hematuria por diferentes causas y el aumento de los niveles de proteínas en orina o su aparición da lugar a la proteinuria.
Habiendo realizado estos análisis otras opciones analíticas por las que podemos optar en el laboratorio son los antibiogramas o cultivos microbianos si sospechamos de una infección bacteriana o pruebas especiales en el caso de que las pruebas anteriores no hayan sido conclusivas y sospechemos de intoxicaciones por toma de medicamentos, drogas o algún veneno. Sin embargo, los principales uroanálisis realizados en el laboratorio para detectar patologías renales son los que hemos mencionado.
¡Hasta la próxima!
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